Fidel Frías,
el niño wichí de 14 años que padecía desnutrición, falleció el domingo. Pesaba 30 kg y hace algunas
semanas había manejado, junto a su padre, 45 km en bicicleta hasta su casa en
el Paraje Las Vertientes, cerca de Santa Victoria Este- Salta, luego de que le
dieran el alta en el hospital.
Más allá de los eufemismos que intentan
disfrazar las responsabilidades del Estado, sabemos que este no es un caso
aislado. Fidel forma parte de esa población olvidada y condenada a padecer.
Cada no tanto recibimos noticias sobre niños y niñas que mueren a causa de la
desnutrición u otras enfermedades atendibles. Las ambulancias nunca llegan a
las comunidades. Los médicos y funcionarios suelen adjudicar las muertes a
"cuestiones culturales", como si justificara de alguna forma la
inacción y el abandono de una persona. No existe justificación.
Fidel es el segundo integrante de la
familia Frías que muere en pocas semanas. Anteriormente la victima había sido
su prima, Vanesa Frías, quién se encontraba en el último tramo de un embarazo,
pero encontró su muerte a los 16 años, cuando luego de haber esperado una
ambulancia por horas, era trasladada desde el hospital se Santa Victoria Este
al de Tartagal. Allí también falleció a las 10 de la mañana del pasado domingo
Fidel, quién además de padecer desnutrición, tenia una malformación ósea en el
macizo facial. Media 1,53 y pesaba a penas 30 kg.
La comunidad wichí había denunciado hace
algunos días que el niño había sido dado de alta, a pesar del evidente cuadro
de salud, y que al no haberle ofrecido el traslado en ambulancia fue su propio
padre quién pedaleó 45 km para llevarlo de vuelta a su casa. Pero el pasado 7
de marzo, Fidel volvió a ser internado en el Hospital de Tartagal. Esto no
tiene otro nombre más que el de abandono y el responsable es el Estado.
Fidel se suma a una larga lista de
integrantes de comunidades indígenas que fallecieron en los últimos años a
causas evitables de salud. Según consta en nuestro propio registro, ya son más
de 80 los y las indígenas que han muerto en los últimos 12 años por esta razón,
en su gran mayoría niños y niñas. El genocidio nunca paró...Hace unos días fue
Vanesa, ayer Fidel...
Anexo a notas periodísticas:
